La Varita de Saúco

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La Varita de Saúco, también conocida como la varita de dumbledore, es una de las varitas que aparecen en el mundo mágico de Harry Potter. Dice la leyenda que la Varita de Saúco es una de las Reliquias de la Muerte, junto con la Piedra de la Resurrección y la Capa de Invisibilidad. Se cree que quien logre reunir en su poder las tres Reliquias, se convertiría en el Maestro de la Muerte. Se dice que Harry Potter y Albus Dumbledore tuvieron las tres Reliquias, pero ninguno de los dos las reunió todas al mismo tiempo.

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Una Varita única
La Varita de Saúco es muy antigua, tanto como la varita de Voldemort de la que es hermana y es la varita mágica más poderosa que haya podido existir. Fue hecha con una rama de saúco de quince pulgadas de largo. El núcleo de la Varita es un pelo de la cola de un Thestral, que contiene “una sustancia difícil que solo los magos que dominan la muerte pueden controlar”.

Además de ser la más potente, La Varita de Saúco es fácilmente distinguible de las otras varitas como por ejemplo de la varita de Harry Potter o de la varita de Hermione Granger en su apariencia, en particular porque presenta grabados que parecen bayas de saúco recorriendo toda su longitud.
Historia de la mítica Varita de Saúco
Cuenta Beedle el Bardo, que los hermanos Peverell, Antioch, Cadmus e Ignotus, se dedicaban al arte de la magia. Cierto día, mientras viajaban por el mundo, tuvieron que cruzar un río de aguas tormentosas, que ya había cobrado la vida de muchas de las personas que habían intentado alcanzar la otra orilla nadando. Para no correr la misma suerte, los tres hermanos sacaron sus varitas, haciendo aparecer un puente de la nada.

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Pero cuando estaban por alcanzar el otro lado del río, se les apareció la Muerte, que se sentía engañada porque los tres hermanos habían logrado burlarla.

La Muerte conspiró contra los hermanos, y fingiendo felicitarlos por su hazaña, les ofreció a cada uno un regalo como recompensa por burlarla. Antioch, el mayor, era un hombre ambicioso y pendenciero, y pidió a la Muerte que lo recompensara con una varita con la que pudiera siempre vencer a los demás. La Muerte fue al árbol más cercano, un viejo saúco que estaba en la ribera del río, para arrancarle una rama que colgaba y darle forma de varita, que le entregó a Antioch Peverell.

El segundo hermano, Cadmus, queriendo humillar aún más a la Muerte, pidió que se le diera algo con lo que pudiera resucitar a los muertos, y se le entregó la Piedra de la Resurrección.

Ignotus, el menor de los hernamos Peverell, se dice que era el más humilde y menos ambicioso de los tres, pero aun así pidió tener la posibilidad de burlar a la Muerte de manera permanente, y ésta le concedió la Capa de Invisibilidad.

Antioch Peverell siguió su viaje, y a la semana tuvo una disputa con otro mago en un pueblo lejano. Usando el poder de la Varita de Saúco como arma, era imposible que perdiera el duelo que siguió a la disputa. Dejó a su enemigo tendido en el suelo, y se dirigió a una posada, haciendo alarde de su invencibilidad con la poderosa varita que le había arrebatado a la mismísima Muerte.

Todos escucharon lo que decía Antioch, porque hablaba en voz muy alta, mientras consumía grandes cantidades de vino. Otro mago se introdujo de forma sigilosa a la habitación donde dormía el mayor de los hermanos Peverell, y le robó la varita, no sin antes asesinarlo cortándole la garganta. Así fue como la Muerte tomó para sí al primer hermano, dando inicio a una larga cadena de crímenes relacionados a la historia de la Varita de Saúco.
Muchos dueños y una leyenda de muerte
Con el correr del tiempo, la Varita de Saúco estuvo en poder de diversos propietarios. La leyenda dice que los cambios de dueños generalmente se hacían a través de medios violentos, llegando a ser conocida por diversos nombres. Muchos de sus propietarios fueron asesinados, dando lugar a la suposición de que el asesinato era necesario para hacerse con el dominio de la poderosa varita.

El nombre del mago que asesinó a Antioch Peverell ha quedado en el misterio. Lo que sí se sabe, es que ese hombre fue muerto por Emeric el Malo, un mago tenebroso, por la misma razón que el primero mató a Antioch: robarse la Varita de Saúco. Emeric, que mantuvo aterrorizado el sur de Inglaterra durante la edad media, fue el primer maestro de la magia conocido históricamente como poseedor de la también conocida como la Varita Anciana.

La sucesión de dueños sigue con el asesinato de Emeric el Malo, a manos de Egbert el Ilustre, quien fue muerto por un desconocido. Luego de eso, la Varita de Saúco estuvo desaparecida por varios años, hasta que el asesino de Egbert perdió la vida en un duelo con Gedelot. El hijo de Gedelot, Herewald, encerró a su padre en un sótano y lo asesinó para robarle la varita.

Luego de varios dueños, con sus historias de engaños y muertes, la Varita de Saúco llega a manos de Harry Potter, tras ganarle un duelo a Valdemort. Harry la usó para reparar su varita original de acebo y pluma de fénix. Reparar los daños en otras varitas, es uno de los principales atributos de la Varita de Saúco.

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